EL MEJOR LUGAR PARA ENTRENAR DEL MUNDO.

Bueeeno, puede ser que en el titulillo de la entrada me haya "pasao", pero seguro que es uno de los mejores lugares que hay en la Isla de Tenerife para entrenar un maratón (o darse una vuelta por plena naturaleza).

Por estos senderos me he hecho unos cuantos kilometros preparando el maratón de Madrid durante los últimos meses, asi que una vez pasado este, me fuí con la cámara de fotos a disfrutar del mismo. En la foto, posando en plan runner.

A dos km. de San José de los LLanos y por la carretera TF- 373 existe una rotonda donde dejar el coche y comenzar a correr por el sendero de pequeño recorrido PR-43. El comienzo es algo duro, ya que se sale a 1.135 metros de desnivel y en apenas 3 kilometros debemos subir a 1.300 metros.

El trazado del sendero se intuye a mitad de montaña debido a que los pinos canarios se están recuperando del incendio de agosto de 2007. Anteriormente la vegetación no dejaba ver el sendero.




Los primeros tramos son ascendentes y los utilizo para "calentar". En esta zona de la Isla y a esta altitud suele hacer fresquito, aparte de ser un lugar bastante lluvioso.




El sendero está muy bien señalizado, encontrando carteles cada poco tiempo.




Una vez alcanzado el canal de Vergara ya no aparecen fuertes desniveles en los siguientes 15 km. Al principio el sendero atraviesa zonas volcánicas, dejando el canal a la derecha del sendero.




A pesar de no tener grandes desniveles, el camino tiene bastantes toboganes, como camino de montaña que es. En ligera subida llegamos al volcán de Garachico o de Arenas Negras, el cual está en este momento cubierto por las nubes. En 1706, año de su última erupción, arrasó el pueblo de Garachico, situado en la costa.




200 metros más adelante torcemos a la derecha y aparece esta estampa: el Teide.




Estoy a punto de entrar en la Corona Forestal y el paisaje cambiará como por arte de magia.




Llego a una caseta del canal donde cogeré el camino que sale a la derecha. A la izquierda iremos a la zona recreativa de Arenas Negras, en la que hace unos años había unas cabañas de madera que destruyó el fuego y fueron desmanteladas.




A tan sólo 6 kilometros del lugar desde el que he salido y parece que estoy en otro país. La vegetación es mucho más abundante y aparecen los primeros helechos. Esta zona del sendero es muy agradable para correr, ya que además de ir siempre a la sombra de los pinos, a menudo cae una ligera llovizna que ayuda a ir más frequito.




Llegó la primavera y ahora toca correr entre un pasillo de flores. Todavía se puede ver como los troncos de los pinos están ennegrecidos por el incendio del verano de 2007.




Las zonas altas de la Isla aparecen cubiertas de nubes, no dejándome ver el Teide (o Echeyde). El Canal de Vergara, a la derecha, como durante todo el sendero.

Fuera del camino, la primavera lo tiñe todo de amarillo.




Más amarillo.




Después de 10 km., hoy muy suaves porque he parado más que he corrido, decido dar la vuelta. Las piernas todavía están resentidas después del maratón. Coloco la cámara arriba del Canal de Vergara con el autodisparador y clik.




No me canso de hacer fotos a las florecillas.




De lo que me canso es de sacar y meter la cámara en la funda, así que buena parte del entreno voy con ella dispuesta para sacar la foto. Cuando no hay nada que me llame la atención, pues me "afoto" a mi mismo. jejeje

Media vuelta, AR. Ahora el Canal queda a la izquierda.




El volcán Garachico sigue cubierto. Quince minutillos antes lucía un sol esplendido, pero es lo peculiar de este sendero: sale el sol, unos metros delante te mojas, vuelve a salir el sol, después la niebla no te deja ver a pocos metros, y asi continuamente.




Además de por los cambios climatológicos, es peculiar por los cambios de color del camino: marrón, negro, ocre, anaranjado. Ahora toca el negro de la lava.




De nuevo por la zona volcánica del sendero. Parece mentira que poder de recuperación tiene el pino canario (Pinus canariensis), ya que hace sólo un año y medio estos mismos pinos eran unicamente unos palitroques negros como el carbón.




Último repecho antes de la bajada hasta el coche.




Después de algo menos de dos horas llego al punto de partida más descansado que otros días, pero hoy tocaba mirar el paisaje y hacer alguna fotillo, nada de ir mirando pulso cardiaco, ritmos de carrera, etc.

En este sendero es donde he realizado más de la mitad de los entrenos que llevo estos meses en el cuerpo. Para que luego digan que es duro correr, porque correr por un sitio así, cansa, pero menos.