viernes, 1 de mayo de 2009

MARATON DE MADRID 2009

Después de muchos años dándole al pedal, este año he decidido colgar la bici y pasarme a correr a pie. Siempre he tenido ganas de hacer un maratón, pero debido a la temporada de ciclismo me era muy dificil compaginarlo con la carrera a pie. Pero este año, después de 5 meses de entrenamiento voy a correr mi primera maratón. Y como no podía ser de otra manera este será el Maratón de Madrid, aunque no sea el más adecuado para empezar, debido a sus muchos "toboganes".

Cinco meses en los que me ha sido complicado el pasar de unas sensaciones "que tenía controladas", las de la bici, a otras muy distintas, las del atletismo. Después de tantos años practicando ciclismo, los primeros entrenos mis piernas parecían palos. Agujetas, dolores de piernas, rodillas hechas polvo, han sido habituales durante estos primeros meses de entrenamiento.

Y un plan de entrenamiento preparado por Luis Aizpurua que se me ha hecho en algunos momentos muy duro, pero que dió el resultado esperado (de nuevo, gracias Luis). Entre cuatro y cinco días a las semana en los que alternar las tiradas largas de hasta 32 km. con las series cortas a 3 min. 45 seg./km.

En un primer momento el objetivo es intentar acabar el maratón en menos de 3 horas y 15 minutos, que para ser mi primer maratón es ser bastante optimista. Pero a medida que pasan los entrenos y vemos que los voy asimilando bastante bien; además de hacer dos media-maratón con buenos tiempos (la 1ª en 1 hora 27 min. y la 2ª en 1 hora 20 min.); cambiamos el objetivo: bajar de las tres horas.

Así que, el 26 de abril de 2009, a las 9:00 estoy preparado en la linea de salida para correr el 32º Maratón de Madrid. Además me acompañará mi hermano Oscar y un grupo de amigos, Josegui, Dani, Vicente y Miguel Angel ( se echó en falta a Tito, precursor de la "feliz" idea, con una rodilla recién operada) con un mismo reto: acabar nuestra primera maratón.

Preparados, listos, YAAAAA.

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A las 9 en punto se da la salida, llueve y los termómetros de la calle marcan 7º, vamos, las condiciones idoneas para ponerse a correr. Me situo en los puestos delanteros y al pasar bajo un puente de la Castellana voy en un grupito en el que me encuentro cómodo junto con el que haré bastantes km.

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Como para no correr; lo que viene por detrás es impresionante. Más de 10.000 inscritos con ganas de acabar los 42 km. O lo que es lo mismo: el mundo está loco.

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Llegamos a Plaza Castilla y sigue lloviendo.

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Bajando por la calle Preciados hacia la Puerta del Sol. Las sensaciones son muy buenas. Llevo más de 15 km. corriendo por debajo de 4 minutos/km. y me encuentro muy bien.

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Un poco más abajo, en Sol y con los mismos compañeros de viaje. Miro sus dorsales y me doy cuenta que todos son números muy bajos: aqui hay nivel, así que haber si podemos aguantar. Cada 5 km. hay un avituallamiento y procuro beber en cada uno de ellos para prevenir la pájara (o el hombre del mazo). Beber agua de una botella cuando vas a ese ritmo no es fácil, pero beber aquarius de un vaso es imposible. El primer vaso de aquarius va directo a un ojo, el segundo al otro, asi que en el tercer avituallamiento ni lo intento.

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Los primeros o lo que es lo mismo: extraterrestres.......... o keniatas. 8 de los 10 primeros en la linea de meta son de esta nacionalidad. El primer europeo, y además español llega en el puesto 14: Juan Pablo Gomez Moreno.

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Corren que se las pelan, pero viéndole la cara, también sufren lo suyo.

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Y estas son las primeras mujeres, que no son cojas precisamente.

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Tercera y cuarta clasificadas.

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Al paso por el Palacio Real sigo con muy buenas piernas y metidito en el grupo con el que salí. A punto de llegar a la media-maratón y sigo por debajo de los 4 minutos/km.

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Mi hermana dándome un gel al paso por el Palacio Real. La media-maratón está situada un poco más adelante. La paso en 1 hora, 23 minutos y 39 segundos en el puesto 129; voy a 3 min. 57 seg./kilómetro, y lo que es más importante, con muy buenas sensaciones.

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Hasta el kilometro 30 voy por debajo de los 4 minutos/km. pero al paso por la Casa de Campo empiezo a notar una sensación extraña. El repecho de salida de la Casa de Campo hacía el Paseo de Extremadura se me atraganta y cuando paso por el estadio Vicente Calderón llevo una pajara de tres pares de cojones. Cojo otro gel que me da mi hermana pero creo que ya es demasiado tarde.

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En los últimos 7 km. las paso canutas pero de verdad. Me he chocado y de frente con el famoso muro de los 35 kilómetros. Voy zoombie perdido, el jodido Diablillo se me pone en el hombro izquierdo y me dice al oido que me pare un ratito, que coma algo y que siga corriendo después de descansar un par de minutillos. Menos mal que rapidamente el Angelito me dice que no pare, que siga, que sufra.

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Sufro, sufro y sufro. No se ni como llego a la meta, porque más de la mitad de los últimos 7 km. los hago con los ojos cerrados. En el repecho de la Puerta de Alcalá ni siento ni padezco, y a pesar del pajarón que llevo encima aún tengo fuerzas para echar cálculos y comprobar que será posible llegar por debajo de las tres horas.

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Recta de llegada en ligera bajada, menos mal. Sólo queda un último esfuerzo.

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Empiezo a ver arcos de meta por todos lados, pero hasta uno naranja que se ve al final no está la llegada. Miro el reloj y parece que conseguiré el objetivo. Eso si, en los últimos 7 km. me han pasado casi 100 tios. Al final, 2 horas, 56 minutos y 38 segundos.

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Cansancio, mucho cansancio. Pero también alegría, mucha alegría. Paso por los avituallamientos y cojo agua, frutos secos y algún jugo con los que reponer fuerzas.
He acabado el maratón pero todavía me queda darle algo de tralla al cuerpo. El avión a Tenerife sale a las 4 de la tarde, así que sin tiempo de ducharme ni cambiarme tengo que salir al aeropuerto.

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Después de la carrera quedamos el grupo en uno de los laterales de meta. Jodidos pero contentos ya que los seis hemos acabado nuestro primer maratón. De izquierda a derecha, Oscar, Vicente, Dani, Miguel Angel, Josegui y yo. El tema principal de conversación es: ¿que parte del cuerpo no te duele?

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A las cuatro de la tarde sale el avión para Tenerife. Una botella de agua por encima, medio bote de desodorante y una camiseta "medio limpia" ha sido todo lo que he podido asearme. El peque sale corriendo a recibirme.

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En el aeropuerto de Tenerife me espera el mejor club de fans del mundo, con Raquel y Pedro Jr. al frente. La pancarta de bienvenida se les olvidó en casa.

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Llego a casa a las 8 de la tarde y bastante cansado. Al quitarme las zapatillas y los calcetines, después de 13 horas con ellos puestos, esto es lo que aparece. Tres uñas menos en el pie derecho y una en el izquierdo.

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Diplomilla con el que vacilar con tus colegas para que vean que has bajado de las tres horas, en el puesto 235 de la general y el 50 de tu categoría.

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Y los puntos de control cada 5 km. Hasta el km. 35 muy buenos tiempos, a partir de ahí se puede ver que la pájara fue sabrosa.

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Y ahora unas fotillos del resto del grupo. Mi hermano y Miguel por la cuesta de San Vicente. Hicieron todo el maraton juntos y a partir de ahi cada uno llegó como pudo.

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Oscar mostrando su estado de forma. Cuando podía mirar a la cámara y hacer gestos es que no iba tan mal.

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Josegui entra en meta exultante.

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Y mi amigo y antiguo vecino Ramón. Casi dos años sin vernos, y dos días antes del maratón me lo encuentro entrenando por un parque cercano a casa. La pena es que en la llegada no pudimos vernos para cambiar impresiones. Por la cara que lleva en la foto, también va "contento".

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A este corredor no le conozco, pero me impresionó por el atuendo. Ya hay que tener valor (o huevos) para hacerse 42 km., pero encima con una espadita, sombrero y capa durante todo el trayecto es para que le dieran un premio. Y encima, lo miré por curiosidad en las clasificaciones, hizo un tiempazo.

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Una vez pasados los días me quedo con la sensación agridulce de no haber bajado algo más el tiempo. Son los días de los quizás. Quizás si hubiera salido algo más "relajado"; quizás si hubiera tomado alguna bebida isotónica; quizás debería haber comido algo más. Quizás, quizás, quizás (joder, como el bolero).

Aún así estoy contento; primer maratón y por debajo de las tres horas. Ahora lo peor es que tengo metido el gusanillo dentro del cuerpo y ya estoy preparando el siguiente. ¿¿¿¿¿CUANDO???????


1 comentario:

nudels dijo...

Hola:

Felicidades, todo un tiempazo para el MAPOMA, un maratón duro de verdad yo hice el de 25 años y ufff tardé bastante más en llegar a la meta, y también en el del Milenium, con Abel Atón y Martin Fiz.

Lo dicho para bajar de 3h., se tiene que entrenar mucho o ser un superatleta.

Bonito y entretenido reportaje.
1saludo,