El día de ayer lo aproveché para dar una vueltita por los alrededores de Santiago del Teide y Masca, en los que ví los destrozos causados por el incendio de este verano y como la naturaleza es capaz de empezar a "arreglar" estos destrozos.
El pueblo de Santiago del Teide está situado a 925 metros de altitud del que sale la carretera que va serpenteando hasta el caserio de Masca.
A un lado Santiago del Teide, y al otro el Atlántico.
Barranco.
Turistas, seguramente alemanes e ingleses por las fechas, sacando fotos al caserio de Masca. Lo que no saben es que yo les fotografio a ellos.
Bosque de pino canario completamente calcinado, hace menos de cinco meses estaba verde y no se veía ni un cachito de tierra.
Los vientos alisios traen las nubes cargadas de agua del Atlántico. Este agua, que caerá de manera horizontal, hará que rebroten las especies calcinadas.
Parece mentira, pero a pesar de no llevar un invierno lluvioso, los pinos han empezado a rebrotar.
Y por lo visto en las fotos, con bastante fuerza.
El Teide, como no, al fondo.
Típica foto del otoño peninsular, pero aquí la caida de la hoja es por el fuego.
El brezo también empieza a rebrotar.
Y los bulbos.
Hasta los eucaliptos parece que quieren verdear.
Los nuevos brotes animan un poco el paisaje desolador.
Para darle un poquito de emoción a la excursión, a la vuelta me enrisco teniéndo que ir adelante y atras en varias ocasiones. Además la niebla se echa encima y no ayuda nada a encontrar el camino de vuelta.
Por aquí tampoco es, si no quiero llegar demasiado rápido a Masca.
Por fin levanta la niebla y encuentro el camino de regreso.
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