Siempre cuesta dormir cuando al día siguiente tienes una competición de estas características, pero cuando además el despertador va a sonar a las 2:30 de la mañana es más difícil todavía. Hay que levantarse tan temprano porque la prueba comienza a las 6, pero antes hay que recargar las pilas a tope y el desayuno tiene que ser abundante. Además las carreteras se colapsan para llegar al Faro de Fuencaliente y es mejor ser previsor y para estar dando vueltas en la cama decido levantarme e ir a desayunar. La última guagua que sale del hotel con corredores es a las 3:00 pero como me van a llevar Pedro y Raquel, después de desayunar me tumbo un rato en la cama y repaso todo el material para la prueba.
Son las 5 de la mañana cuando llego al Faro de Fuencaliente y estamos preparados para afrontar un día intenso.
Tienen una cara de sueño que se caen, pero es lo que tiene madrugar tanto. Intentarán hacerme la asistencia en carrera pero como la Isla no la conocemos, por si acaso, llevo en la mochila todo lo que pueda necesitar durante la misma.
El Faro de Fuencaliente, punto de partida de la TranVulcania 2014, visto desde un poco más abajo de donde hemos dejado el coche. Hace fresquito y además corre un viento "muy agradable", así que me alegro no haber bajado en el bus que me hubiera dejado a las 4:00 de la mañana pasando frío y sin un sitio en el que guarecerse.
Cuando bajo por la rampa de salida me doy cuenta que me va a tocar salir de bastante detrás, ya que son las 5:00 de la mañana y ya están colocados todos estos corredores bajo el arco de salida. Esto es algo que no me preocuparía en una carrera de 73 km si no fuera porque a los 300 metros de la salida, la pista se transforma en un pequeño sendero en el que sólo caben dos personas. Por lo que me han comentado los embotellamientos que se producen en ese punto te pueden hacer perder 15 minutos con facilidad.
Linea de salida desde fuera. He decidido dividir la Tranvulcania en tres carreras de 25 km. La primera hasta el refugio del Pilar, la segunda hasta el Roque de los Muchachos y la última situada en la linea de meta de Los Llanos de Aridane.
El fresquito que tenía en la salida ha desaparecido por completo. Durante los primeros 18 km vamos a pasar del nivel del mar a los casi 2000 metros de la zona de Las Deseadas por unos senderos espectaculares.
Correr por la noche es una gozada y más cuando uno llega al pueblito de Los Canarios todavía de noche. El camino que atraviesa este pequeño pueblo esta literalmente abarrotado de gente que te anima para lo que queda de subida. Es una pena que no tenga una foto de ese momento porque es impresionante la de gente que está en la calle animando.
Me encuentro realmente bien, por lo que voy a un buen ritmo cogiendo a varios grupos de corredores. Sobre las 7:15 empieza a amanecer y no me resisto a sacar la cámara para sacar una foto de Tenerife con el mar de nubes y el Teide.
La carrera discurre por el maravilloso sendero GR-131 o ruta de los volcanes y uno no deja de alucinar con lo que está viendo.
También amanece en el observatorio del Roque de los Muchachos
En el avituallamiento situado en el Reventón la pista se transforma en un sendero de montaña, estrecho, pedregoso y con una gran inclinación. Me encuentro muy a gusto corriendo aunque en esta zona hay que caminar algunos tramos.
La Caldera de Taburiente es impresionante y las vistas hacen que se te vaya de la cabeza el cansancio que se va acumulando.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡A ver quien es el valiente que corre por aquí!!!!
El segundo punto cronometrado está situado en la cima de la Isla de la Palma, en el Roque de los Muchachos, a 2426 metros de altitud. Desde el Pico de la Nieve hasta el Roque en el plano de carrera parece una zona en la que se puede correr bastante y nada más lejano a la realidad. Es un continuo sube y baja por senderos muy pedregosos en los que es muy difícil llevar un ritmo constante de carrera.
Empieza a calentar el sol con fuerza y no olvido hidratarme en todo momento.
Y mientras el primer corredor llega a la meta de Los Llanos de Aridane. Luis Alberto Hernando se saca la espina del año anterior, en el que quedó segundo y es capaz de dejar en la bajada a Kilian Jornet para presentarse en la meta con 5 minutos de ventaja sobre éste y batir el record de la prueba.
Kilian Jornet, el gran favorito, entra segundo en los Llanos de Aridane. ¡¡¡¡¡Como tuvo que bajar Luis Hernando para dejar a Kilian en la bajada!!!!!
Y en tercera posición el americano Sage Canady, que después de una salida fulgurante en la que llegó a aventajar a Luis y Kilian en 7 minutos, no pudo aguantar el ritmo en el tramo de bajada y repitió el tercer puesto de la Transvulcania del año anterior.
Llego a la entrada de los Llanos de Aridane y los dos últimos km por asfalto se me hacen interminables. Miro el garmin y me sorprendo que pueda correr a 5´/km., pero el ir viendo la meta y los ánimos de la gente hacen que se te pasen todos los dolores.
Voy tan rápido y tan ciego que me paso a Pedro Jr. con el que había hablado entrar en meta juntos. Al final entro con un tiempo de 9 horas y 19 minutos, en el puesto 67 de la general, 3º veterano y 6º canario.
Estoy muy contento con la TransVulcania realizada. Después del sufrimiento que padecí en la Transgrancanaria, la carrera de la Palma se me ha hecho hasta corta.
Sigue siendo una ultra de montaña en la que estás más de nueve horas dándole estopa al corazón y las piernas, pero lo de la Transgrancanaria fue una "salvajada" tal, que me llegué a plantear no correr la TransVulcania.
No estoy del todo mal, pero vamos, que tampoco estamos para tirar cohetes. Después de los besos, risas y anécdotas con la familia y pasados 15 minutos de la entrada en meta, me empiezan a dar calambres por todas las piernas. Así que, después de pasar por el podólogo, me toca que me mueva las patas el fisio, que hasta que no me pone hielo, no me alivia un poco los dolores.
La élite de la élite, los mejores, los crack, los marcianos, los "no hay palabras": Kilian (2º), Luis Hernando (1º) y Sage Canaday (3º).
Y mis compañeros de equipo. Sandro acabando el último tramo de bajada hasta Tazacorte. Fue una pena no encontrarnos en la salida entre el barullo de corredores y que se colocase más adelante para no perder tiempo cuando se estrecho el sendero. Aún así, puesto 235 de la general, con un tiempo de 11 horas y 6 minutos, algo que está al alcance de muy pocos.
Y Omar, un chavalín en su primera ultra de tantos km., que a pesar de perder el avión y las pocas horas de sueño y descanso que tuvo, se metió en el puesto 316, con 11 horas y 34 minutos. En poco tiempo y con entrenos más específicos de montaña, estos dos estarán mucho más delante seguro.
Único momento en el que coincidimos los tres corredores juntos: cinco días después de la carrera en el complejo deportivo de Santaigo del Teide antes de la entrevista que nos hizo Miguel A. Garcia para su periódico .
Y es que fue una pena ir a una prueba como TransVulcania y por diferentes motivos no poder vernos los tres para cambiar impresiones, ayudarnos y comentar las típicas cosas de carrera.
http://santiagodelteide.diariodeavisos.com/2014/05/19/novatos-de-oro/.
Pasados algunos días de la disputa de la prueba, la valoración que hago es "casi" inmejorable" (siempre hay algo en lo que se puede mejorar; por ejemplo esos 18 km de bajada en los que se me fueron 10 puestos), pero estoy muy contento con el resultado, con las sensaciones de carrera y con la Isla de la Palma. Además he conseguido otros dos puntos para el objetivo a largo plazo: la UltraMaratón del Mont-Blanc. Dos puntos más y tendré los 8 necesarios para entrar en el sorteo para la carrera de Chamonix.
Ha sido una pasada correr por un sitio tan alucinante que a veces tenías que decirte: "¡¡¡¡deja de mirar los paisajes con la boca abierta, que te vas a pegar un leñazo que te vas a romper la crisma!!!!".
La respuesta de la gente de La Palma con SU CARRERA, es igualmente impresionante. Te encuentras a gente animándote en los lugares menos accesibles de la Isla, el cariño, mimos y ánimo que te dan todos los voluntarios, el paso por el pueblo de los Canarios te pone los pelos de punta, la llegada a Tazacorte con su paseo marítimo lleno de gente y su speaker Basilio Bravo, la entrada en meta de Los Llanos de Aridane, y sobre todo algo que me llamó mucho la atención: la gente que a las puertas de sus casas preparan un avituallamiento en los que no falta agua, frutas, galletas, incluso te ofrecen vino y cerveza y sobre todo palabras de ánimo.
Lo que está claro, es que si el cuerpo aguanta el trote al que se le somete día si y día también, el año que viene yo volveré a correr en la Isla de La Palma.